Piedra Laja- Genoy Nariño

sábado, 11 de septiembre de 2010

REFLEXIONANDO



Una vez más caminando por los callejones de mi memoria, vienen a mí, evocaciones de mi vida, sentimientos, nostalgias…Cada vez se vuelve más complicado vivir. Cuando niños, todo era más fácil, con todos los sinsabores, cuidados, restricciones, aun así, aquellos momentos fueron más manejables. Claro está que con lo que he aprendido estos últimos años, me he dado cuenta que la vida se la complica uno mismo buscando por cada rincón involucrarse en enredadas situaciones que lo único que consiguen es atarlo a un mundo prestado.


Siendo como era, la voz contraria del pueblo, adquirí cierta destreza en revelarme a cuanto se me impusiera y no faltaba la ocasión para disgustar a mi papá con mi comportamiento, no era una mala chica, lo que pasa es que al parecer tenía en mente muchos proyectos para mi vida y todos ellos disentían con los planes de futuro que mi padre tenía para mi, al final creo que terminamos frustrados ambos, él por no poder hacer de mí, la persona que quería y yo, por no poder hacer de mí, la persona que yo quería. Tendré además siempre la duda de aquello que pude haber sido y no fui, dicen que nunca es tarde, pero para éstas épocas ya ha corrido mucha agua debajo del puente y se han perdido en el camino, las migas de pan que fui dejando para no perderme en el regreso.





Hoy solo quiero hablar de sentimientos, sentimientos que tuve, que tengo, que quizá podré tener. Cuando estábamos todos en casa, la sensación de seguridad y tranquilidad me impedía ver que había un mundo afuera, al cual yo tendría que enfrentarme algún día, nunca siquiera lo pensé, tampoco pensé en consecuencias, jamás entendí razones que no fueran las mías propias. Nos dicen que para ser unas personas de bien debemos prepararnos para ello, me pregunto yo ¿quién te puede preparar? ¿Quién está preparado? Pensamos en nuestros padres, pobres padres, (me incluyo en esta labor) pobres aquellos seres indefensos y vulnerables que pretenden criar a los hijos a su imagen y semejanza, quitando algunos detalles de la suya propia, añadiendo otros, queriendo siempre que actúen de manera razonable y adulta tengan sus hijos la edad que tangan. En la actualidad fácilmente comprendo la sensación de seguridad que siente mi niña al ir de mi mano por estas inseguras calles de la ciudad, no se imagina ¡como me hace falta! asirme a la mano de mi propio destino.


Tiempo atrás no consideramos el esfuerzo de nuestros padres por darnos una vida mejor en todo sentido y lo único que hacemos es revelarnos a sus órdenes y a sus orientaciones. Ya vendrá su momento solían decir, y es que a todos nos llega el momento, el momento de entender lo inentendible, el momento de encontrar respuestas tardías a nuestras innumerables preguntas sobre la vida. Los caminos que elegimos para orientar nuestros destinos no siempre son lo que soñamos, mucho menos los que soñaron nuestros padres para nosotros, sin embargo son las rutas que una vez tomadas no tienen camino de regreso, no se puede desandar lo andado, ni tan siquiera para recoger nuestros pasos.



Muchas veces he transitado por divagaciones que me llevan a desear cambiar algunas de mis actuaciones frente a un hecho determinado de vida, pero es como pretender encontrar una lámpara mágica que nos conceda tres deseos y fíjense bien que soñamos tres, porque si solo soñamos con uno, el bendito genio nos la pone muy difícil porque no sabremos si anteponer nuestros intereses personales a los del mundo y en ese sentido nos quedaría un mal sabor para disfrutar plenamente del gran deseo de nuestras vidas. Quiero hoy hacer las veces de genio de la lámpara y permitirles soñar con un deseo, cuál elegirían?, son lo que soñaron ser? Están haciendo lo que soñaron hacer? están viviendo lo que soñaron vivir?



Por mi parte al presente solamente quiero disfrutar la posibilidad que se me ha dado de “poder” SER, cualquiera que sea la acepción que se le impute a esa pequeña pero compleja palabra , ser en mi casa, ser en el amor, ser madre, ser hermana, ser hija, ser profesional, ser persona, ser amiga y así en cada papel que tenga que desempeñar, pero lo más satisfactorio de poder ser es dejar SER a los demás y más placentero aún, poder aportar con un granito de arena al reconocimiento de ese SER maravilloso que somos todos los que habitamos en este Universo. Así pues las situaciones planteadas, vivámonos, deleitémonos y amémonos con nuestra propia sensación de SER en nuestras vidas.