sábado, 1 de mayo de 2010
CONFESIONES
[foto archivo-renixco]
Cuentan mis hermanos mayores que mi hermana y yo disfrutamos de una época mejor en cuanto al carácter de mi papá, por el hecho de ser tantos, al final, ya debió cansarse un poco; de esta manera sufrimos menos castigos y menos reproches de su parte. Sin embargo estábamos a merced de mis hermanos: que pase, que haga, que traiga, que lleve, obedecerles era la única condición para que nos dejen permanecer a su lado, creo que eso forjó con el tiempo, mi espíritu rebelde en defensa de mis derechos. Comprendo que debí ser muy molesta queriendo estar en todas partes y asomando la cabeza hasta por donde no alcanzaba. Por ello, era continuamente objeto de burlas, como aquella vez que se me empezaron a caer los dientes, terrible condición, cuando hay quien te haga blanco de sus guasas, pero también la única arma con la contaban ellos para librarse de mi molesta pequeña presencia cuando precisaban hacer cosas de grandes. Una sola expresión de ellos al mostrarme sus dientes y reír, era suficiente para que salga corriendo a llorar amargas lágrimas de un corazón de siete años ofendido y adolorido, pero el deseo de andar con los “grandes” superaba las ofensas, los dolores y las lágrimas.
[foto archivo-renixco]
Para ventaja de nuestras relaciones en la familia, en casa con el ejemplo se nos enseño a no guardar rencores, ni odios ni resentimientos en nuestros corazones, de tal suerte, que después de alguna zurra que les propinaban (dada a causa de algunas de mis informaciones) al momento estaba todo olvidado, mi papá nos abrazaba y con la cola aún caliente y colorada por la palmada (léase correazo), enjugaban sus lagrimas con el consiguiente sermón de lo que se debe hacer para llegar a ser hombres y mujeres de bien. Para mi fortuna esta misma actitud manejaban conmigo mis hermanos, y después de pasado el susto siempre estaban ahí, todos ellos solo para mí. Este sentido de propiedad que tenía de mi familia, mis amigos y todo cuanto me rodeaba me ha causado muchos problemas en la vida; inicialmente porque siempre fui el centro en la vida de todos, ya por pequeña, ya por enfermucha, ya por charlatana, ya por metida, ya por llorona, ya por risueña, todo empezaba y terminaba en mi.
[foto archivo-renixco]
Aprendí entonces a ser celosa del amor, dicen los “entendidos” en estos temas, que los celos son inseguridad, no sé a qué tipo de inseguridad se refieran, lo único que yo entendía (ya creo haber superado en gran medida esa actitud) es que al ser tan importante en la vida de tanta gente, ideé un mundo a mi alrededor en el que todo fueran sueños, amor y risas, que nunca nadie me quitaría lo que es mío y me pertenecía. Duro golpe el que recibí uno a uno, cuando mis hermanos a medida que se hacían mayores empezaron a dejar el seno familiar en busca de su destino: ya por estudio ya por cambio de estado civil; aprendí a llorar por dentro, a solas, cada ausencia, cada partida, cada silla vacía en nuestro gran comedor (no quería seguir siendo catalogada como la más llorona de la casa) y dolorosamente comprendí que en el universo existen personas importantes diferentes a mí y para que la lección sea mayormente a provechada y aprendida, el destno quiso que fuera la última en salir de casa después de varios años que haber quedado sola con mis padres, creo que esa añoranza y ese dolor es el que a través de estas narraciones estoy canalizando y compartiendo con todos los que de ustedes deseen vivir conmigo ese ensoñador mundo de los recuerdos….
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¡Ay! amiga recordar duele pero tambien nos alegra el espiritu cuando recordamos sucesos graciosos......yo que acabo de perder ami madre me he pasado recordando y llorando .....pero la vida continua y aprendemos del pasado para vivir mejor el presente....Carmen R.
ResponderEliminaranita julia, quise anexar un comentario pero no pude atacharlo, de todas formas te digo que debido al afán de vivir nos olvidamos de interiorizar y pensar en lo que están sintiendo nuestros seres queridos. Tus escritos me han hecho llorar y reir y por ende vivir. Gracias...Jaime Ivan
ResponderEliminarLeo tus publicaciones en el silencio de mi alcoba, y esto me permite cada dia entenderte mas, por algo eres mi unica y gran amiga.... añorar el pasado nos hacer reir y tambien llorar...gracias por existir en este complicado mundo.....Cristina
ResponderEliminarPaz y bienestar
ResponderEliminarAna Julia, que gusto poder leer tu vida entre las letras que compones. Agradezco todo tu esmero, y te felicito.
Heiman