Piedra Laja- Genoy Nariño

domingo, 31 de enero de 2010

MIS PRIMEROS PASOS POR LA IMAGINACION

Entre otras de las cosas que a partir de la creación de esta página recuerdo, es: que la música y la lectura siempre han acompañado momentos muy importantes en mi vida, me encantaba cantar y leer, mi hermano me enseñó a leer en casa, antes de entrar al colegio, (en ese entonces mi hermano aún era dulce y paciente) dado mi afán por tomar libros de la gran biblioteca de mi padre, llenaba cuadernos y cuadernos de rayas y garabatos pensando que al seguir los trazos de mis hermanos haciendo sus tareas, me saldría alguna espectacular novela que llenaría de orgullo a mis padres cuando llegaran del trabajo.


Pero nunca fueron más que eso, rayas y garabatos, me parece ahora que esa es la razón por la que me fue tan fácil aprender a escribir y a leer de corrido. Recuerdo con claridad y aun guardo la sensación aquella del día en que pude leer oraciones seguidas, no se los puedo describir con palabras de ese momento. Hoy comprendo, que lo que sentí, fue un gran amor por mi y un inmenso orgullo cuando lo logré con tanta facilidad, y creí una vez más que el mundo estaría a mis pies. Fue fabuloso, siento que es de las mejores cosas que hice de niña, leía todo: los carteles de la calle, las palabras de plaza sésamo, las escribía y las repetía, escribí todas las letras de las canciones que me gustaban. Hasta dónde llegaría mi ingenuidad, que mi amiga imaginaria no era ni una princesa de cuento, ni un hada, ni Peter Pan en busca de un nunca jamás; era nada menos y nada más que una monja, rectora del colegio de una de mis hermanas mayores, personaje a quien le mostraba mis progresos literarios…”mi mamá me mima”…mi mamá me ama”; ansiosa esperaba a que el día termine para contarle a mis padres cómo había sido mi día con la supuesta monja, inventando historias y palabras que por supuesto nadie desmentía, de ahí creo que viene mi gran imaginación y mi deseo de vivir la vida bajo un sueño; con el cuaderno bajo el brazo, (era un cuaderno de rayas con la pasta verde claro, el horario en un lado y las tablas de multiplicar por el otro) esperaba a que mi papá llegara a guardar el carro al llegar de trabajar y el gran paseo en día ordinario, era subirnos ese minúsculo espacio de tiempo hasta que el carro quedara protegido en el garaje y en solo ese corto lapso de tiempo con un chorro inagotable de palabras, les contaba un montón de historias unas ciertas y otras creadas. Lo gracioso de esta parte de mi historia, es que mi mamá al ver el interés por la monjita aquella, un día me llevó a conocerla, creo que mi mente bloqueó ese momento, no recuerdo absolutamente nada de ella, lo único que se, es que a partir de ese día, nunca más tuve amigos imaginarios ...o quizá... tal...vez...maduré.

Lo de la música es otro cuento que me lo reservo para otro día, les parece?

4 comentarios:

  1. Me habia olvidado de ese "paseo" tan importante en el carro de mi papa, era algo magico. Que bueno haber vivido contigo.

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  2. y te acuerdas de cuando nadábamos en el piso brillante de madera de la sala? y nos llamábamos hermaaaana....hermaaaana...recordarlo es muy gracioso

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  3. hermana, interesante la secuencia de recuerdos locos que son gratificantes a la vida, especielmente en estos tiempos en donde la memoria ya comienza a traicionarnos, especialmente con ese entrometido alemán alzehimer. Acuérdate si esta en tu memoria, las peleas de boxeo y las virutiadas de la sala en competencias en costales.

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  4. Bueno... a mi no me llega el inglés, peor el alemán y entre tanto continuaré con mis recuerdos, a ver si escarbando en la memoria encuentro las escenas que mencionas...

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